lunes, 13 de febrero de 2012

PALABRAS DE AMOR



El poeta Jorge Manrique escribió estos versos:

Es amor fuerza tan fuerte
que fuerza toda razón.

Y creo que  todos coincidimos con él , el amor es un sentimiento complejo e irracional o por lo menos se aloja en una parte de nuestro subconsciente que nos impulsa a realizar actos y a decir palabras impensables. El amor nos hace ver lo feo hermoso. El amor es un sentimiento poderoso, que gobierna nuestras vidas. Fernando de Rojas, allá por los últimos años del siglo XV, en el monólogo de Pleberio, el último de La Celestina, hace decir al padre de Melibea, que se ha arrojado desde la ventana de una torre por amor a Calixto:
¡Oh amor, amor! ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes. Si los amasese, no les darías pena. Si alegres viviesen, no se matarían, como agora mi amada hija

La poesía amorosa siempre ha existido, quizás sea el género que mejor exprese nuestros sentimientos y por eso podemos encontrar poemas amorosos de cualquier época que siempre conecten con un hombre y una mujer enamoradosde cualquier tiempo y lugar.

Libre te quiero

como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena, pero no mía.

Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera..

        Agustín García Calvo



domingo, 12 de febrero de 2012

LA POESÍA Y EL AMOR EN EL SIGLO XXI

Son otros tiempos y otra manera de expresar los mismos sentimientos :





Cartas  


Señor concejal te amo Irma me dirijo a usted y aunque tus ojos ni vigilen mis pasos para informarle que te amo de igual manera después de conocer las cifras y estoy dispuesto a quererte de todos estos años de gestión y a no olvidarte nunca no estoy nada de acuerdo y a quererte más con usted con el corazón y por eso le escribo muchos besos Irma adiós señor concejal un beso atentamente en los labios a dos de marzo mi pequeña Irma de mil novecientos noventa y seis.
                                          Raúl Vacas (Consumir preferentemente, Anaya, 2006)

LA POESÍA AMOROSA EN EL SIGLO XX

Te quiero.                                                             

Te lo he dicho con el viento, 
jugueteando como animalillo en la arena 
o iracundo como órgano impetuoso; 

Te lo he dicho con el sol, 
que dora desnudos cuerpos juveniles 
y sonríe en todas las cosas inocentes; 

Te lo he dicho con las nubes, 
frentes melancólicas que sostienen el cielo, 
tristezas fugitivas; 

Te lo he dicho con las plantas, 
leves criaturas transparentes 
que se cubren de rubor repentino; 

Te lo he dicho con el agua, 
vida luminosa que vela un fondo de sombra; 
te lo he dicho con el miedo, 
te lo he dicho con la alegría, 
con el hastío, con las terribles palabras. 

Pero así no me basta: 
más allá de la vida, 
quiero decírtelo con la muerte; 
más allá del amor, 
quiero decírtelo con el olvido.
                      Luis Cernuda


ESO ERA AMOR
Le comenté:
?Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
?¿Te gustan solos o con rimel?
?Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.
                   Ángel González, poeta de la Generación del 50.


Invitación a la dicha

                                                   Es dulce ser amado pero amar,
                                                                oh dioses, qué ventura...
                                                                                                    Goethe


Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.

Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.

Ámame ahora que tengo en los labios
el fuego deslumbrante del Mediodía
y la serenidad del cielo en las mejillas.

Ámame ahora que tengo en el cuello
el resplandor de los lirios quemados.
Ámame ahora que corre por mis hombros
el torrente divino del deseo.
Ámame ahora que tengo el pecho ebrio
como una flor de vino.

Ahora y no luego, ahora y no mañana,
ahora que besa mi alma todo tu cuerpo
confundiendo su aliento al de mis labios.

Bésame ahora que es primavera
y el chamariz canta y vuela en un árbol,
ahora, amor mío, que estamos en mayo
y zumban en el aire las abejas,
ahora que todo es hermoso y feliz,
ahora y no mañana,
ahora y no luego.

Bésame los labios, el cabello, los hombros
ahora que en los huertos florecidos
es tan dulce la flor primera del granado.

Dame todo tu amor ahora, amor mío,
¿no ves que soy en la tierra dichosa,
dulce como el árbol del paraíso?

Ahora que soy un manantial virgen
donde cada onda es una caricia,
una colina verde
donde cada florecilla es un labio encendido,
un valle misterioso
donde cada viento es un suspiro,
un río de amores
cuya música frágil es tu nombre.

¿No son nuestros estos días tan bellos?
¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna?
¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde?

¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!
     Ricardo Molina (Grupo Cántico de Córdoba)

Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena, pero no mía.

Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

                     Agustín García Calvo

TU RISA

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.
Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, por que tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
por que me moriría.
      Pablo Neruda




LA POESÍA EN EL ROMANTICISMO


RIMA IV 

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!


Rima X

Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman,
el cielo se deshace en rayos de oro,
la tierra se estremece alborozada.

Oigo flotando en olas de armonías,
rumor de besos y batir de alas;
mis párpados se cierran... ?¿Qué sucede?
¿Dime?
?¡Silencio! ¡Es el amor que pasa!

 RIMA XIII 

Tu pupila es azul y, cuando ríes,
su claridad süave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul y, cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una vïoleta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.



XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.


XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.



RIMA XXX 

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?


RIMA XXXVIII 

Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?



RIMA LIII

 Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!


José Zorrilla escribió Don Juan Tenorio en el Romanticismo (siglo XIX) 

DON JUAN:

¿No es verdad, ángel de amor, 
que en esta apartada orilla 
más pura la luna brilla 
y se respira mejor? 
Esta aura que vaga llena 
de los sencillos olores 
de las campesinas flores 
que brota esa orilla amena; 
esa agua limpia y serena 
que atraviesa sin temor 
la barca del pescador 
que espera cantando al día, 
¿no es cierto, paloma mía, 
que están respirando amor? 

DOÑA INÉS:
Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad por compasión,
que oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal, sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan
,un misterioso amuleto
que a vos me atrae en secreto
como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos:
su vista fascinadora,
su palabra seductora,
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer ¡ay de mí!
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan, en poder mío
resistirte no está ya:
yo voy a ti como va
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan! ¡Don Juan!, yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame porque te adoro.


NEOCLASICISMO Y PRERROMANTICISMO

¿Qué escribieron los poetas en el siglo XVIII sobre el amor? Aquí van algunos ejemplos:


EL TIEMPO Y EL AMOR
Todo lo vence el amor,
todo lo consume el tiempo:
¿cuál de los dos puede más,
aquel niño, o este viejo?
              Juan de Iriarte

           
Epigrama 16
A un hediondo pródigo de besos
A cuantos encuentras, das
besos, en prueba de amor:
si me amas, hazme favor
de no besarme jamás.
                    Juan de Iriarte


El amor y la locura

Habiendo la Locura
Con el Amor reñido, 
Dejó ciego de un golpe 
Al miserable niño. 
Venganza pide al cielo 
Venus, mas ¡con qué gritos! 
Era madre y esposa:
Con esto queda dicho. 
Queréllase a los dioses, 
Presentando a su hijo: 
«¿De qué sirven las flechas, 
De qué el arco a Cupido, 
Faltándole la vista
Para asestar sus tiros? 
Quítensele las alas
Y aquel ardiente cirio,
Si a su luz ser no pueden 
Sus vuelos dirigidos.» 
Atendiendo a que el ciego 
Siguiese su ejercicio,
Y a que la delincuente 
Tuviese su castigo,
Júpiter, presidente 
De la asamblea, dijo: 
«Ordeno a la Locura, 
Desde este instante mismo, 
Que eternamente sea
De Amor el lazarillo.»



 Félix María Samaniego







EN EL RENACIMIENTO Y EN EL BARROCO


Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

                           
                     GUTIERRE DE CETINA(S.XVI)


7
Garcilaso escribió en el siglo XVI estos dos tercetos de un soneto:


Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.

Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

8
En el siglo XVII Lope de Vega definió el amor así:


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

9
Quevedo, también en el siglo XVII, lo definio así:


Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo;
enfermedad que crece si es curada.
Este es el Niño Amor, este es su abismo:
¡mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!


EN LA EDAD MEDIA...


Las puertas están cerradas,   ventanas y celosías. 


soñaba con mis amores,   que en mis brazos los tenía. 

Siempre se han escrito poemas de amor, desde que el hombre sintió la necesidad de expresar sus sentimientos. Nosotros hemos seleccionado un ramillete de poemas y textos sobre el amor y el desamor.

Allá por el siglo XI se compusieron estos poemas de amor llamados jarchas escritos en mozárabe:

¡Tanto amare, tanto amare,             
habib, tanto amare!

Enfermaron olios nidios

e dolen tan male.


Más tarde la lírica galaico-portuguesa aportó también en las cantigas de amigo lamentos de amor en boca de mujer:

Ondas do mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus, se verrá cedo!

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus, se verrá cedo!

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus, se verrá cedo!

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus, se verra cedo!

Martín Codax    
(Siglos XIII-XIV)


La lírica castellana se compone de un maravilloso compendio de albadas y alboradas:


Al alba venid, buen amigo, 
al alba venid. 
Amigo el que yo más quería, 
venid al alba del día. 
Amigo el que yo más amaba, 
venid a la luz del alba. 
Venid a la luz del día, 
non trayáis compañía. 
Venid a la luz del alba, 
non traigáis gran compañía.

                 ANÓNIMO
Ya florecen los árboles, Juan: 
¡mala seré de guardar! 
Ya florecen los almendros 
y los amores con ellos. 
Juan, 
mala seré de guardar. 
Ya florecen los árboles, Juan: 
¡mala seré de guardar!
               ANÓNIMO


El Romancero aportó muchos poemas amorosos y muchas historias de amor:

ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE 
Un sueño soñaba anoche   soñito del alma mía, 
Vi entrar señora tan blanca,   muy más que la nieve fría. 
—¿Por dónde has entrado, amor?   ¿Cómo has entrado, mi vida? 
—No soy el amor, amante:   la Muerte que Dios te envía. 
—¡Ay, Muerte tan rigurosa,   déjame vivir un día! 
—Un día no puede ser,   una hora tienes de vida. 
Muy deprisa se calzaba,   más deprisa se vestía; 
ya se va para la calle,   en donde su amor vivía. 
—¡Ábreme la puerta, blanca,   ábreme la puerta, niña! 
—¿Cómo te podré yo abrir   si la ocasión no es venida? 
Mi padre no fue al palacio,   mi madre no está dormida. 
—Si no me abres esta noche,   ya no me abrirás, querida; 
la Muerte me está buscando,   junto a ti vida sería. 
—Vete bajo la ventana   donde labraba y cosía, 
te echaré cordón de seda   para que subas arriba, 
y si el cordón no alcanzare,   mis trenzas añadiría. 
La fina seda se rompe;   la muerte que allí venía: 
—Vamos, el enamorado,   que la hora ya está cumplida.

                                  ROMANCE ANÓNIMO 
 
Es amor fuerza tan fuerte
que fuerza toda razón.
                            Jorge Manrique (S. XV)
 ¡Oh amor, amor! ¡Que no pensé que tenías fuerza ni poder de matar a tus
sujetos!¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre, que no te conviene? Si amor
fueses, amarías a tus sirvientes. Si los amases, no les darías pena. Si alegres viviesen,
no se matarían, como agora mi amada hija.

                          La Celestina de Fernando de Rojas (SigloXV)